10 de noviembre de 2025.- La tercera jornada del Festival de Cine Fantástico de Canarias Ciudad de La Laguna Isla Calavera ha estado marcada por dos esperadísimos encuentros con el público: el de la actriz Veronica Cartwright (La invasión de los ultracuerpos) y el del director Daniel Monzón (Celda 211).
Han sido los platos fuertes del día, pero ni de lejos lo único interesante de un domingo en el que hemos podido asistir a una nueva Mesa Redonda sobre el Fantástico en Femenino, recordar un clásico del cine español como Arrebato o divertirnos con la gamberra La cosa en la niebla, película canaria que forma parte de la Sección Oficial a Concurso.
Veronica sigue siendo Veronica
No nos hemos podido resistir a hacer este juego de palabras refiriéndonos al destino de su personaje en La invasión de los ultracuerpos, la película de Philip Kaufman de 1978 (uno de los pocos remakes – aunque Cartwright prefiera hablar de “continuación” – que se puede decir que como mínimo iguala a la cinta original, y para muchos la supera) que se ha proyectado en honor a la actriz, antes de un interesantísimo Q&A.
Pero lo que queríamos decir también es que Veronica Cartwright aún mantiene esa chispa que la ha convertido en un mito entre los aficionados al terror (género sobre el que ha girado buena parte de su carrera, aunque esa nunca fuera su intención). La actriz de clásicos como Alien, Elegidos para la gloria, Las brujas de Eastwick, Los pájaros (donde lógicamente actuó siendo una niña) y que incluso se dejó ver en Invasion (remake de La invasión de los ultracuerpos con Daniel Craig y Nicole Kidman que, honestamente, se queda lejos de las versiones anteriores) se metió al público en el bolsillo con su simpatía, contando divertidas anécdotas sobre algunos de sus más famosos rodajes.
Regreso a la Celda 211
Para homenajear a Daniel Monzón se podría haber optado por poner en Isla Calavera su opera prima El corazón del guerrero (una más que reivindicable película con Neus Asensi, Santiago Segura y Fernando Ramallo), que hubiera encajado perfectamente en este festival. Pero no queríamos que Malamadre y el resto de sus secuaces se enfadaran con nosotros, así que en vez de eso al final optamos por poner Celda 211, la película que le dio a Monzón sus dos primeros Goyas, como director y guionista.
Monzón, siempre locuaz y cercano (y de risa contagiosa), ha charlado con el público al término de la proyección, repasando cómo fue el rodaje de la cinta carcelaria que le catapultó a la fama. Entre otras curiosidades ha contado cómo escribió el guion pensando en Luis Tosar… pero sin decírselo a Luis Tosar (“las 48 horas que tardó en contestar que se sumaba al proyecto fueron las más largas de mi vida”, admitió) y lo involucrados que estaban en el rodaje los presos reales que participaron en la cinta, llegando a extralimitarse en más de una ocasión.

La hora de los arrebatos
A nadie se le escapa que, en Isla Calavera, aparte de presentar las mejores propuestas del cine fantástico actual, nos gusta recuperar grandes clásicos de esos que merece la pena ver en pantalla grande. Y es el caso de Arrebato, el largometraje de 1979 de Iván Zulueta estrenado en el contexto de la movida madrileña y que, a pesar del éxito que tuvo, permaneció muy en la sombra durante toda la década de los 90 hasta que el DVD le dio una segunda vida.
Descubrir por primera vez esta película vanguardista (que en cierto modo sirve de homenaje también al recientemente fallecido Eusebio Poncela, protagonista del film) o refrescar la memoria (para los que ya la conocían) ha sido un ejercicio interesante y muy práctico, teniendo en cuenta que justo dentro de una semana, en el último día del Festival, se proyectará El último arrebato, documental centrado en este título maldito.
Están locos estos letones
El cine de animación en Letonia pasa por su mejor momento, sobre todo después de que Flow ganara este año el Oscar a Mejor película en dicha categoría. Pero confiamos en que nadie se acercara a Dog of God esperando ver algo similar a las aventuras del entrañable gato protagonista del premiado título, porque la impresión pudo ser mayúscula.
Dog of God es una gran película, absolutamente recomendable, pero también es una pequeña salvajada no acta para todos los públicos. En su primera escena un hombre abre el mar con una cadena y se enfrenta al demonio arrancándole los testículos de forma brutalmente sangrienta. Con esto ya queda todo dicho.
Lo que viene a continuación es una historia de brujería, hombres lobos, reliquias robadas y sacerdotes corruptos, rodada con un exquisito estilo de rotoscopia y que a buen seguro hizo que muchos de los asistentes a la proyección soltaran por lo bajo un “pero qué co…” con una sonrisa en los labios, eso sí.
Menos mal que al menos el horario en el que se proyectó, la última sesión de la jornada, dejaba claro que no era precisamente una película a la que llevar a los más pequeños de la casa…









































